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El misterio del pasado zoque y la abrupta naturaleza, se encuentran en un lugar por demás seductor para los apasionados de la aventura. Se trata de una enorme fosa de piedra caliza, de aproximadamente 160 metros de diámetro y una profundidad de 140 metros, en cuyas paredes se encuentran pinturas rupestres, en colores rojo ocre y negro, que presentan huellas de manos humanas, figuras geométricas, figuras de animales, signos y otras formas indefinidas, realizadas en distintos periodos de la historia prehispánica.
En el interior, una pequeña selva tropical, con grandes árboles de variedades distintas a las del exterior y sobre todo, con las habitantes que dan nombre al lugar, miles de ruidosas cotorras que al amanecer inician desde el fondo de la sima, un espectacular y escandaloso vuelo en espiral para ascender a la superficie y regresan al atardecer a restablecer el bullicio.
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Sima De Las Cotorras


